Está probado que la decoración de los espacios que nos rodean afecta a nuestro rendimiento y estado de ánimo. Los interiores de los hogares se cuidan y tienen en cuenta. Ahora bien, en las oficinas, este factor a veces pasa desapercibido y puede llegar a tener tanta importancia como otros aspectos. Si quieres poner a punto tu lugar de trabajo, toma nota de los cinco consejos que recomendamos desde GTI Asesores Inmobiliarios para decorar tu estudio de la mejor manera.
Existen unas pautas básicas como el color de las paredes, la iluminación del espacio o el empleo de mobiliario adecuado. Los tonos demasiado cálidos (naranja, rojo, granate o negro, por ejemplo) pueden no ser muy favorables para un ambiente de trabajo que precisa de calma y concentración. Puede parecer algo secundario, pero está probado que los colores fríos (azul, beige, blanco) producen mayor sensación de relajación y favorecen la positividad, además de generar un menor estrés. En este sentido, si el color corporativo de tu empresa es algo fuerte, añade pequeñas píldoras de esa tonalidad que distingan el lugar, pero no lo inundes todo de él.
De igual modo, la luz también tiene un impacto directo en nuestras ganas de permanecer activos. Se prefiere la luz solar y, en caso de que sea insuficiente o nula, se trata de buscar un lumínico que se asemeje lo máximo posible a la luz natural, evitando aquellas bombillas que tengan tonos amarillentos. Cabe resaltar que la entrada del sol por ventanas amplias favorece nuestro rendimiento laboral, más aún en caso de tener que permanecer en el puesto de trabajo una larga jornada.
Por otra parte, en cuanto al mobiliario, si bien dependerá del estilo decorativo que queramos implementar, se debe priorizar la comodidad al diseño. Tanto la mesa como las sillas deben ser ergonómicas. Esto supone tener un material que nos de confort, a parte de tener organizado nuestro escritorio con las herramientas más usadas al alcance de nuestra mano. Se recomienda que la base de la mesa del esté a la altura de nuestra cintura (con una altura alrededor de 70 o 75 centrímetros) y que la silla nos de apoyo lumbar para no perjudicar nuestras cervicales.
A parte de estos básicos, hay muchas otras cosas que podemos añadir a un espacio de trabajo, aunque, la auténtica clave es que, con cualquier cambio, los trabajadores se sientan cómodos en el espacio; algo esencial para el desarrollo de la creatividad y la productividad. Algunas otras ideas contemplarían separar zonas de trabajo y descanso, tener espacios de almacenaje y decorar el despacho con plantas, cuadros o algún objeto personal para cuando se necesite tomar un respiro y encontrar un refugio. En suma, la tendencia que hay en la decoración es de espacios diáfanos sin apenas puertas cerradas, de tal manera que la comunicación sea abierta entre todos los empleados.
Si estás pensando en montar una empresa y quieres encontrar una oficina en la que instalarte en Zaragoza, no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo. Estaremos encantados de ayudarte a dar tu próximo paso.