Conoce las medidas impulsadas por el Gobierno
El 2023 supone la fecha límite para despedirse de la calefacción central. ¿El motivo? Evitar las pérdidas de calor causadas por un sistema que no puede controlarse según las necesidades de cada vecino. No obstante, este proceso -sobre el que ya te informamos en el blog de GTI Zaragoza hace algunos meses-, será progresivo y empezará a darse en mayo.
Mientras tanto, esta forma de calentar un edificio (en la que el calor procede de un solo foco) sigue vigente y su uso se ha agravado con las consecuencias energéticas que ha traído la guerra de Ucrania. Y es que, según una estimación del Consejo General del Colegio de Administradores de Fincas, la factura podrá ascender este invierno de los 1.000 euros mensuales actuales a los 3.500.
Para evitar consecuencias, desde el Gobierno central empezaron a poner soluciones hace ya algo más de un mes. La principal medida que ofrecen es la de acogerse a la Tarifa de Último Recurso (TUR), pero de ahorro vecinal, que resulta mucho más económica que la de libre mercado (los hogares con calefacción individual pagan el gas a seis céntimos con esta tarifa) y permite acceder a los usuarios con un consumo de gas anual superior a los 50.000 kWh anuales.
No obstante, para poder beneficiarse de esta rebaja hay que cumplir con una serie de requisitos. En este sentido, y aunque parezca algo obvio, hay que estar al corriente con los últimos pagos; disponer desde antes del 30 de septiembre de contadores individuales de calefacción; aplicar al agua caliente y calefacción un precio calculado en base a la TUR de ahorro vecinal y tener realizada en plazo y con resultado positivo la inspección de eficiencia energética. El traslado a este tipo de tarifa debe realizarlo el presidente de la comunidad a una de las cuatro compañías que comercializan esta tarifa, que son: Gas&Power, del Grupo Naturgy, Energía XXI, del Grupo Endesa, Curenergía, del Grupo Iberdrola, y Baser, del Grupo Total Energies.
A pesar de esta iniciativa, existen también otras decisiones que se pueden tomar para rebajar el gasto energético, como reducir a los 19 grados la temperatura -algo que ya se impulsó por ley en inmuebles públicos- o limitar las horas en los que la calefacción está en funcionamiento. Eso sí, todas estas resoluciones deben aprobarse en junta de propietarios por los vecinos del edificio. Aunque no es necesario que haya unanimidad, solo se precisa mayoría simple (es decir, la mitad de inquilinos, más uno).
Con todo, a largo plazo, lo más eficiente para el bolsillo y a nivel energético es invertir en viviendas con sistemas de calefacción mejorados. En esta línea, está en auge la compra de ‘Passive House’ , un modelo de construcción que no utiliza las técnicas de refrigeración ni calefacción convencionales y reduce el gasto de energía en más del 90%.
Si estás buscando una vivienda y quieres que se adecue lo máximo posible a las demandas medioambientales, no dudes en ponerte en contacto con el equipo de GTI Zaragoza. Estaremos encantados de ayudarte.